Con el nombre de macuquina se
le conoce en América Latina al tipo de moneda acuñada toscamente en forma
manual y a golpes de martillo. Debido al
método utilizado (desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII) para hacer
las monedas, no hay dos monedas que parezcan iguales. Las monedas de este
período a menudo se llaman Macuquinas o Cobs.
Existen diversas opiniones sobre el origen de la palabra "macuquina", mientras algunas sostienen que proviene del vocablo árabe "machuch" (aprobado o sancionado), otras afirman que proviene de la expresión quechua Makkaikuna —o macay cuna— que haría referencia a su fabricación a martillazos.
Existen diversas opiniones sobre el origen de la palabra "macuquina", mientras algunas sostienen que proviene del vocablo árabe "machuch" (aprobado o sancionado), otras afirman que proviene de la expresión quechua Makkaikuna —o macay cuna— que haría referencia a su fabricación a martillazos.
En el caso del término
"cob" viene de una simplificación de la frase española, cabo de
barra, o a partir de un extremo de una barra.
8 Reales 1721, reverso |
La ausencia de maquinaria moderna para acuñar
moneda en el imperio colonial español, y las necesidades del comercio en dichos
territorios causaron la aparición de las macuquinas. La urgente necesidad de
monedas en América Latina desde los inicios del siglo XVI motivó la apertura de
cecas como la Casa de Moneda de México, la Casa de Moneda de Lima y la Real
Casa de Moneda de Potosí, todas antes del año 1600, a efectos de aprovechar la
gran producción de plata y oro de tierras americanas con el fin de acuñar
moneda indispensable tanto para pagar tributos a la corona española como para
el tráfico mercantil de las colonias.